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TDAH en adultos:

el trastorno invisible que muchos aún no reconocen

Hoy en día es común escuchar sobre el TDAH, pero antes no era así. Durante décadas, este trastorno pasó desapercibido, sobre todo en generaciones como la de los millennials (nacidos entre 1981 y 1996).

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), es una condición que afecta principalmente a niños, a quienes se les puede detectar con mayor facilidad. Sin embargo, en generaciones anteriores, no se le prestaba tanta atención. Era común escuchar que un niño era “inquieto”, “distraído” o que “dejaba todo para el último minuto”, pero no se reconocían estas conductas como posibles síntomas de TDAH. En consecuencia, adultos que no fueron diagnosticados, aún viven con esta condición sin saberlo.

“El Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos mentales más frecuentes.”

El Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos mentales más frecuentes. Se considera un trastorno crónico y debilitante que lamentablemente afecta a la persona en muchos aspectos de su vida, como los logros académicos y profesionales.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) define al TDAH como “un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo de quien lo padece”.

Este trastorno a menudo puede confundirse con rasgos de personalidad o comportamientos comunes como: ser olvidadizo o distraído. Sin embargo, cuando no se diagnostica ni se trata adecuadamente, puede volverse incapacitante y afectar profundamente la calidad de vida.

Señales de que podrías tener TDAH (y no lo sabías)

Si te identificas con varias, podrías considerar hablar con un especialista:

  • Falta de atención o dificultad para concentrarte, especialmente en tareas complejas o prolongadas.
  • Problemas para seguir instrucciones o completar actividades.
  • Impulsividad y dificultad para controlar emociones, lo que lleva a tomar decisiones precipitadas.
  • Hiperactividad o sensación constante de inquietud.
  • Tendencia a procrastinar.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Dificultad para gestionar la espera o el aburrimiento.
  • Dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Hablar de forma excesiva o interrumpir con frecuencia.
  • Problemas para relajarse o desconectarse.
  • Sensación de estar siempre ocupado sin ser productivo.

Estos síntomas, de forma aislada, no necesariamente indican que tengas TDAH, pero si te identificas con varios, podría ser útil consultarlo con un especialista.

¿Qué sucede si no se detecta?

Estos signos pueden suponer retos significativos en la vida diaria. A las personas con TDAH a menudo les cuesta mantener relaciones estables y pueden percibir un sentimiento de frustración relacionado con la dificultad para satisfacer las expectativas sociales y profesionales. También pueden desarrollar ansiedad, depresión y una baja autoestima. El lado positivo es que, con un buen diagnóstico, puedes tener alternativas para manejarlo.

“Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de valentía.”

¿Qué hacer?

Lo primero es obtener un diagnóstico formal. Esto sin duda debe hacerlo un profesional de la salud mental. Lo más común es obtenerlo a través de entrevistas clínicas, escalas de evaluación (como el DIVA o el ASRS) y la revisión del historial médico y conductual. No te conformes con un test online de 5 minutos, hacerlo bien es un proceso serio que debería hacerse guiado por un psicólogo o psiquiatra.

Aunque no exista una cura definitiva, el tratamiento puede transformar positivamente la vida de una persona con TDAH. Algunas herramientas efectivas son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC) para aprender a manejar pensamientos y emociones.
  • Medicación (si el médico lo indica).
  • Coaching para TDAH con ayuda práctica para organizar rutinas y tareas.
  • Hábitos saludables como ejercicio regular, dormir bien, meditación y nutrición adecuada.

No eres el único. Muchas personas han sido diagnosticadas siendo adultos con TDAH, aquí puedes ver algunas de sus historias de vida y cómo les ha ayudado detectarlo y tratarlo.

También cuentas con instituciones que te pueden apoyar y fomentar la comprensión de este trastorno como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Red TDAH.

Reconocer el TDAH en la adultez puede ser el primer paso para cambiar el rumbo de tu bienestar personal y profesional. No se trata de poner etiquetas, sino de comprender mejor tu forma de pensar, sentir y actuar. Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de valentía. Con las herramientas adecuadas, es posible dejar de sobrevivir en automático y empezar a vivir con mayor claridad, estructura y bienestar. Si te sentiste identificado con algo de lo que leíste, da el siguiente paso: tu salud mental lo vale.

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