VIVIR CON BIENESTAR

Mi corazón, mi responsabilidad: prevención, bienestar y protección para toda la familia

Familia ejercitándose y cuidando su corazón

Cada 29 de septiembre el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Corazón. Una fecha que nos recuerda la importancia de cuidarlo y de cómo hacerlo en conjunto con quienes más queremos: nuestra familia.

Esta fecha nos invita a detenernos un momento y preguntarnos: ¿qué tanto estamos cuidando del latido más importante de nuestra vida… y los de quienes amamos? Enfrentar retos cardíacos exige más que buenos hábitos, es un compromiso constante con tu cuerpo, donde la dieta y el ejercicio son fundamentales, pero también la seguridad financiera frente a lo inesperado.

El primer paso para un corazón sano es la prevención.

La salud cardiovascular no es un asunto individual, sino una responsabilidad compartida que inicia en casa. Según datos del INEGI, el primer semestre de 2024 se registraron más de 100 mil muertes por enfermedades del corazón, lo que las posicionó como la primera causa de muerte en México. Por esta razón, nuestros hábitos, rutinas y decisiones diarias deben ser una prioridad no solo en nuestro bienestar, sino en el de quienes nos rodean. Cuidar el corazón de la familia significa apostar por un futuro con más calidad de vida y menos preocupaciones.

Buenos hábitos en el hogar

El primer paso para un corazón sano es la prevención. Para no tener que enfrentar complicaciones en el futuro es necesario realizar pequeños cambios que, si se vuelven costumbre, harán una gran diferencia en tu calidad de vida:

Alimentación balanceada: Priorizar verduras, frutas, cereales integrales, pescados y legumbres en tu dieta diaria y evitar los alimentos ultraprocesados, con exceso de azúcar o grasas saturadas, es una oportunidad perfecta para enseñar a los niños a disfrutar de la comida saludable.

Actividad física constante: caminar en familia después de la cena, practicar un deporte en pareja o en familia los fines de semana, los hará más activos. Lo importante es moverse y hacer del ejercicio una costumbre compartida.

Control de estrés: llevar una vida acelerada es un factor de riesgo cardiovascular. Asistir a espacios de convivencia y relajación, jugar en familia, ver una película, o simplemente conversar tranquilamente ayudan a reducir las tensiones del día a día.

Revisiones médicas periódicas: visitar con regularidad a tu médico es fundamental para el cuidado cardiovascular. Detectar a tiempo cambios en tu presión arterial, colesterol, entre otros, es clave para prevenir complicaciones a futuro.

Estos hábitos en conjunto no solo forjan corazones fuertes, también fortalecen la unión familiar. Sin embargo, hablar de salud cardiovascular también implica reconocer que, a pesar de todos nuestros cuidados, los imprevistos existen. Un infarto, una cirugía o un tratamiento prolongado por enfermedad cardíaca, pueden representar un alto costo económico, lo que afectaría a toda la familia.

Por ello, la prevención financiera juega un papel crucial y debe incluirse como un hábito más en el hogar.

Contar con un Seguro de Gastos Médicos Mayores es una manera de cuidar el corazón en el sentido más amplio: asegura que, en caso de una emergencia, la familia pueda acceder a la mejor atención médica sin que la economía familiar se vea comprometida.

Prevenir no solo es comer sano o hacer ejercicio; también es planear y protegerse financieramente. El Día Mundial del Corazón nos invita a reflexionar sobre el poder de nuestras elecciones. Cada decisión cuenta: lo que comemos, cómo nos movemos, cómo gestionamos el estrés y cómo preparamos un colchón financiero para los momentos difíciles.

Cuidar del corazón es mucho más que mantener un órgano sano. Es un compromiso con nosotros mismos y con quienes amamos. Es enseñar a los hijos que la prevención comienza en casa, que los buenos hábitos son una herencia invaluable y que protegerse financieramente es también un acto de amor.

Porque al final, un corazón sano no solo late más fuerte: también late con tranquilidad, esperanza y la certeza de estar protegido.

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