Según el Secretario de Desarrollo Social de México, se prevé que en el 2030 la cifra de adultos mayores será de 14 millones de personas, lo que representa un 10% de la población, una cifra que nos muestra que cada vez serán más las personas de la tercera edad en el país.
Cuando las personas llegan a esta etapa de la vida podrán disfrutar del ahorro generado después de años de trabajo, esto si se aborda con una buena planificación financiera. Sin una administración adecuada, se pueden presentar desafíos financieros que pueden afectar la calidad de vida y crear preocupaciones innecesarias.
Para que puedas mantener tu independencia económica, evitar deudas innecesarias, planificar para gastos imprevistos, especialmente médicos, y disfrutar de actividades sin preocupaciones en la tercera edad, debes saber cómo generar buenos hábitos financieros. A continuación, te daremos algunos ejemplos que te pueden ayudar a organizarte y comenzar hoy mismo.
Sabemos que el retiro suele traer consigo una reducción en los ingresos, lo que hace que la administración de las finanzas sea más difícil que antes. Además, hay gastos inesperados relacionados con la salud que pueden generar cambios en las finanzas si no tenemos una organización adecuada de nuestro dinero.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, solo el 23% de los adultos mayores cuenta con una pensión suficiente para cubrir sus necesidades. Este dato subraya la importancia de administrar bien los recursos disponibles.
¿Cómo generar buenos hábitos financieros?
1. Realiza un análisis financiero personal.
El primer paso para mejorar tus finanzas es entender cómo está tu panorama actual, esto incluye identificar los ingresos disponibles (pensión, ahorros, inversiones, etc.), listar todos los gastos fijos y variables que tienes mensualmente y, finalmente, evaluar las deudas pendientes y su prioridad de pago.
2. Establecer un presupuesto mensual.
Realizar un presupuesto es la herramienta clave para gestionar los recursos. Hacerlo es muy sencillo y aquí te ayudamos:
- Divide los gastos en categorías (alimentación, vivienda, salud, entretenimiento, etc.).
- Asigna un límite a cada categoría basado en los ingresos disponibles.
- Reserva al menos un 10% de los ingresos para ahorro o inversiones.
Llevar este presupuesto en un Excel o con aplicaciones como Wallet o Fintonic te ayudará a registrar y controlar los gastos.
3. Reducir gastos innecesarios.
Es importante analizar en qué utilizas tu dinero para encontrar áreas de mejora. Por ejemplo:
- Optar por actividades recreativas gratuitas como caminatas en parques, visitas a museos y exposiciones, reuniones con amigos, entre otros.
- Revisar planes o servicios más económicos como el teléfono o internet.
- Cocinar en casa en lugar de comer fuera.
4. Crear un fondo de emergencia.
Un fondo de emergencia es indispensable para cubrir aquellos imprevistos que suelen aparecer sin afectar el presupuesto mensual. Se recomienda que este fondo debe equivaler entre tres y seis meses de gastos fijos y para construirlo se debe definir una cantidad mensual para destinar al fondo y guardar este dinero en una cuenta separada o en un instrumento financiero de fácil acceso, como un fondo de ahorro.
5. Invertir de manera prudente.
Aunque la tercera edad no es el momento para asumir riesgos financieros elevados, existen opciones de inversión seguras que pueden generar rendimientos, como: bonos gubernamentales, certificados de depósito (CETES) o fondos de inversión de bajo riesgo. Sin embargo, es importante consultar con un asesor financiero que te ayude a elegir la mejor alternativa que se ajuste a tus necesidades.
6. Priorizar la salud financiera.
La salud es una de las principales fuentes de gasto en la tercera edad y para controlarlo te aconsejamos contratar un Seguro de Gastos Médicos Mayores, buscar clínicas y farmacias que ofrezcan descuentos y aprovechar los programas de apoyo que brinda el Gobierno.
7. Establecer metas financieras.
Tener objetivos claros motiva a seguir un plan financiero organizado y algunas de estas metas podrían ser: ahorrar para ese viaje que soñaste, pagar una deuda antes de cierta fecha, reunir dinero para apoyar a la familia o a una causa, terminar de pagar tu casa o comprar el carro de tus sueños.
¿Cómo organizarte para empezar?
1. Crea un hábito diario.
Dedica 15 minutos al día para revisar los gastos y planificar. Esto te puede ayudar a organizarte cada vez mejor, usando una libreta o una aplicación digital para mantener la disciplina.
2. Busca apoyo.
La educación financiera no tiene edad. Participar en talleres o cursos en línea puede ser útil para aprender nuevas estrategias. La CONDUSEF brinda cursos gratuitos de educación financiera que pueden servirte de enseñanza.
3. Involucra a tu familia.
Hablar abiertamente sobre las finanzas con tus hijos, hermanos, sobrinos, nietos, permite recibir apoyo y evitar malentendidos. Además, facilita la planificación conjunta en caso de emergencias.
Ventajas de tener buenos hábitos financieros.
Mantener hábitos para organizarte y administrar tus finanzas traerá beneficios para ti y tu familia. Te dará mayor tranquilidad porque al saber que las finanzas están bajo control, reducirás el estrés y te permitirá enfocarte en disfrutar el presente sin preocupaciones.
También podrás tener una independencia económica porque contarás con recursos bien administrados y se reduce la necesidad de depender de otras personas para cubrir gastos o emergencias que puedan surgir.
Finalmente, el prevenir situaciones difíciles a través de un fondo de emergencia bien constituido y un Seguro de Gastos Médicos Mayores, minimizarán el impacto de los imprevistos, ofreciendo estabilidad ante estos problemas.
Adoptar buenos hábitos financieros en la tercera edad es fundamental para vivir esta etapa con tranquilidad y seguridad. Con organización, disciplina y apoyo, es posible maximizar los recursos disponibles y disfrutar de una vida plena. El momento de empezar es hoy: pequeños cambios pueden generar grandes resultados a largo plazo.